Julio del 36
Aires de amenaza corren,
Por las llanuras de España,
Desde la minera Asturias,
A las playas de Granada.
Huele a ocre en Baleares,
Pero viene de Canarias,
Era mediado de Julio,
Era ese mes de bonanza,
Cuando canta la cigarra,
Arriba de la cucaña.
Cuando la tierra generosa,
Grana trigos y cebadas,
Cuando el campesino alegre,
Sueña ya con la segada,
Los cuerpos se desperezan,
Después de tantas heladas.
Cuando los pueblos se llenan,
De chiquillos y algaradas,
Ataco la marabunta,
Que procedía de África.
Invitaron a su fiesta,
Lúgubre y de matanzas,
A su guardia pretoriana,
Y mercenarios del hampa.
También vienen invitados,
Los camisas negras italianas,
Aviones y legiones,
Procedentes de Alemania.
Borrachos y proxenetas,
Dirigen arrasamientos,
Y todo aquel que es de paz,
Forma parte de los muertos.
Invaden los mercenarios,
Con el derecho a pernada,
Y a desvalijar hogares,
Que encuentran en sus andadas.
Las niñas y las mujeres,
Por las legiones violadas,
Los mayores fusilados,
Y por unas cuantas migajas,
Y a los niños de criados.
Es por esto que español,
Y que te duele tu Patria,
Que eres gente de paz,
Y amas la democracia.
Échate a la calle pronto,
Ante cualquier amenaza,
Que no vuelvan cuarenta años,
Ni manden estos comparsas.
Luchemos por la igualdad,
Echemos a estos ladrones,
Que son la semilla y fruto,
De aquellas generaciones.
***
Vivir muriendo
Pobre que vienes al mundo,
Que naces entre violencia,
Y naces entre maldad,
No tienes más futuro,
Que vivir en la indigencia.
Indigencia solidaria,
Indigencia de calor,
Indigencia de respeto,
Necesitado de amor.
Has venido a un mundo hostil,
Y quizá lo que veras,
Serán cuerpos mutilados,
Hambriento de humanidad.
No implores al poderoso,
Ni al que despegado ha,
Solo tienes a tus padres,
Si no los has perdido ya.
Hijo de donde has nacido,
Hijo de una sociedad,
Hijo de la ignorancia,
O hijo de la maldad.
De nada te ha de valer,
Pedir solidaridad,
Pedir amor y cariño,
Pedir por necesidad.
Prepárate mentalmente,
A vagar el muladar,
A vivir entre miseria,
Humana y material
***
Sin horizontes
En el bosque tenebroso,
de esta cruel jungla humana,
sin estrellas que te guíen,
ni horizontes ni montañas.
No sabe que dirección,
puede el viajero seguir,
sin punto de referencia,
ni sendero que elegir.
Por mas que busca, el caminante,
donde el norte o punto fijo,
que dirección es la buena,
para encontrar un cobijo.
La intemperie es peligrosa,
alimañas al acecho,
fieras hay que van y vienen,
en tu busca y su provecho.
Hay muchos como tú,
también perdidos están,
sin saber como vivir,
sin saber por quien luchar.
Se extinguió tu referente,
aquel modelo a seguir,
convirtiéndose en un monstruo,
peor que al que combatir.
La vida es color de rosa,
para el que cambio de rumbo,
dejando de ser humilde,
se ha convertido en verdugo.
La paz no es gratuita
De la capital, al campo,
de la urbe, al olivar,
dirección hacia la vega,
de la nieve al Sexitar.
Torre Bermeja y la Toma,
Sacromonte y la Mala,
desde Montefrio a Loja,
pasando por el Salar.
Desde Pulianas a Alfacar,
por el camino hasta Viznar,
desde España a San Vicente,
Fuente Vaqueros natal.
Los Montes llenos de almendros,
inspiración y relax,
Alpujarras y los Guajares,
tropicales y azahar,
Iznalloz y Colomera,
Olivares y el Dornajo,
desde Guadix hasta Diezma,
y desde Moreda al Tajo.
Por caminos y veredas,
por senderos barranquistas,
por campo a través al monte,
serranos, inconformistas.
Muchos fueron elegidos,
y pocos los obedientes,
y prefirieron la sierra,
o emigrar al occidente.
Y si una vez esta España,
luchó por su libertad,
fue allá por los años treinta,
fue principio y fue final,
Si un lugar de Granada,
no aparece en mi rimar,
que me perdone y reciba,
mi cariño y amistad.
Visto desde la distancia
Compañero reincidente,
Azote del capital,
Reo de tu conciencia,
Todo por la libertad.
En mil frentes combatiente,
En todos dejaste huella,
Terror de los dictadores,
De la revolución estrella.
Ideólogo en la ciencia,
No diste tregua al traidor,
Venciste y no humillaste,
Con tu lucha diste honor.
Por montañas y por llanos,
Ejemplo de sencillez,
Encabezando a tu gente,
Tu ideal fue tu deber.
Con estrellas o con sol,
Huracanes o tormentas,
Nunca diste un paso atrás,
Animando con tus arengas.
En tu lucha universal,
Desde oriente hasta occidente,
Y desde el norte hasta el sur,
Fuiste líder combatiente.
Colonialistas, cipayos,
Banqueros imperialistas,
A los militaristas yanquis,
Espías y contrabandistas.
Todos ellos encontraron,
Tus respuestas adecuadas,
Retrocediendo a sus nidos,
De serpientes y camadas.
Tenías una sola vida,
Con ahínco la buscaron,
No sabían que con tu muerte,
También te inmortalizaron.
Por esto es que globalistas,
Que con vuestro sucio comercio,
Sacáis provecho egoísta,
De aquel que disteis por muerto.
No cantéis aún victoria,
Imperialistas caciques,
No creáis que habéis vencido,
Que la historia se repite.
de la urbe, al olivar,
dirección hacia la vega,
de la nieve al Sexitar.
Torre Bermeja y la Toma,
Sacromonte y la Mala,
desde Montefrio a Loja,
pasando por el Salar.
Desde Pulianas a Alfacar,
por el camino hasta Viznar,
desde España a San Vicente,
Fuente Vaqueros natal.
Los Montes llenos de almendros,
inspiración y relax,
Alpujarras y los Guajares,
tropicales y azahar,
Iznalloz y Colomera,
Olivares y el Dornajo,
desde Guadix hasta Diezma,
y desde Moreda al Tajo.
Por caminos y veredas,
por senderos barranquistas,
por campo a través al monte,
serranos, inconformistas.
Muchos fueron elegidos,
y pocos los obedientes,
y prefirieron la sierra,
o emigrar al occidente.
Y si una vez esta España,
luchó por su libertad,
fue allá por los años treinta,
fue principio y fue final,
Si un lugar de Granada,
no aparece en mi rimar,
que me perdone y reciba,
mi cariño y amistad.
Visto desde la distancia
Compañero reincidente,
Azote del capital,
Reo de tu conciencia,
Todo por la libertad.
En mil frentes combatiente,
En todos dejaste huella,
Terror de los dictadores,
De la revolución estrella.
Ideólogo en la ciencia,
No diste tregua al traidor,
Venciste y no humillaste,
Con tu lucha diste honor.
Por montañas y por llanos,
Ejemplo de sencillez,
Encabezando a tu gente,
Tu ideal fue tu deber.
Con estrellas o con sol,
Huracanes o tormentas,
Nunca diste un paso atrás,
Animando con tus arengas.
En tu lucha universal,
Desde oriente hasta occidente,
Y desde el norte hasta el sur,
Fuiste líder combatiente.
Colonialistas, cipayos,
Banqueros imperialistas,
A los militaristas yanquis,
Espías y contrabandistas.
Todos ellos encontraron,
Tus respuestas adecuadas,
Retrocediendo a sus nidos,
De serpientes y camadas.
Tenías una sola vida,
Con ahínco la buscaron,
No sabían que con tu muerte,
También te inmortalizaron.
Por esto es que globalistas,
Que con vuestro sucio comercio,
Sacáis provecho egoísta,
De aquel que disteis por muerto.
No cantéis aún victoria,
Imperialistas caciques,
No creáis que habéis vencido,
Que la historia se repite.


